Estilos de comunicación: claves para tener relaciones saludables

Estilos de comunicación: claves para tener relaciones saludables

En nuestras interacciones diarias, la forma en que nos comunicamos puede influir significativamente en la calidad de nuestras relaciones. Los estilos de comunicación determinan cómo expresar nuestros pensamientos, sentimientos y necesidades, y cómo respondemos a los demás. Comprender los estilos de comunicación es clave para tener relaciones saludables.

¿Qué son los estilos de comunicación?

Los estilos de comunicación son patrones de comportamiento que utilizamos para transmitir nuestros mensajes y relacionarnos con los demás. Estos patrones pueden ser aprendidos y desarrollados a lo largo del tiempo, y suelen estar influenciados por factores como la cultura, la educación y las experiencias personales. 

Aunque todos podemos mostrar diferentes estilos en distintas situaciones, tendemos a tener un estilo predominante.

Existen cuatro principales estilos de comunicación que se identifican comúnmente: asertivo, pasivo, agresivo y pasivo-agresivo. Cada uno tiene características únicas y puede afectar a nuestras interacciones de maneras diferentes.

Tipos de estilos de comunicación

A continuación, vamos a ver cada tipo de estilo de comunicación y sus características, aunque hay que tener en cuenta que son categorías genéricas, por lo que no sería justo usarlas como etiquetas. Cada persona es un mundo y estos estilos de comunicación se mezclan con otras características de las personas, con la complejidad que nos hace ser humanos.

1. Estilo asertivo

El estilo asertivo es considerado el más efectivo y saludable. Las personas asertivas son capaces de expresar sus pensamientos y sentimientos de manera clara y directa, sin violar los derechos de los demás. 

Este estilo promueve la autoafirmación y el respeto mutuo. Las características de la comunicación asertiva son:

  • El respeto mutuo es el fundamento de la comunicación asertiva. Implica reconocer y valorar los derechos, opiniones y sentimientos de los demás, al mismo tiempo que se respetan los propios.
  • Ser claro y honesto en la comunicación es esencial. La asertividad requiere expresar los pensamientos de manera directa y sin rodeos, evitando la ambigüedad y las interpretaciones erróneas.
  • Asumir la responsabilidad de las propias acciones es crucial. Utilizar declaraciones en primera persona (como «yo siento», «yo pienso») ayuda a tomar posesión de la comunicación y evita culpar a los demás.
  • La asertividad busca un equilibrio entre las propias necesidades y las de los demás. Es importante expresar lo que uno necesita sin imponer ni ignorar las necesidades ajenas.
  • Escuchar activamente es una parte vital. Implica prestar atención completa al interlocutor, mostrando interés y empatía hacia lo que se dice.
  • Gestionar las emociones de manera efectiva permite mantener la calma y la racionalidad durante la comunicación. 

2. Estilo pasivo

El estilo pasivo se caracteriza por evitar conflictos y la anulación de las propias necesidades y deseos. Las personas pasivas tienden a poner las necesidades de los demás por encima de las propias, lo que puede llevar a sentimientos de resentimiento y baja autoestima.

Algunas características del estilo pasivo son:

  • Las personas con un estilo de comunicación pasivo evitan cualquier tipo de confrontación. Prefieren no expresar sus opiniones o desacuerdos para evitar conflictos.
  • Las propias necesidades y deseos se consideran menos importantes que los de los demás. Esto puede llevar a la supresión constante de las propias opiniones y sentimientos.
  • Una característica central del estilo pasivo es la búsqueda constante de aprobación y aceptación de los demás. 
  • La falta de confianza en la validez de sus propios pensamientos y sentimientos. Las personas pasivas pueden sentir que sus opiniones no son válidas o importantes.
  • Las personas evitan tomar decisiones o asumir responsabilidades, delegando estas tareas a otros. Esto puede ser una forma de evitar el riesgo de confrontación o el miedo a cometer errores.

3. Estilo agresivo

El estilo agresivo implica la imposición de las propias necesidades y deseos de manera dominante y desconsiderada hacia los demás. Este estilo puede generar conflictos y resentimiento, y deteriorar las relaciones interpersonales.

Podemos ver estas características en los estilos de comunicación agresivos:

  • Las personas con un estilo de comunicación agresivo buscan dominar y controlar las situaciones y a los demás. Su objetivo es imponer su voluntad y asegurarse de que se haga lo que ellos quieren.
  • Expresan las emociones de manera intensa y, a menudo, descontrolada. La ira, la frustración y la impaciencia se manifiestan de manera abierta y directa, a veces de forma explosiva.
  • No respetar los derechos y sentimientos de los demás. Su comunicación puede ser ofensiva, despectiva y desconsiderada, ignorando las opiniones y necesidades ajenas.
  • El estilo de comunicación agresivo a menudo se basa en el uso del poder y la intimidación para obtener lo que se quiere. Esto puede incluir amenazas, coacción y comportamientos que intimidan a los demás.
  • Tienden a culpar y acusar a los demás por problemas o desacuerdos. Utilizan un lenguaje que pone la responsabilidad de los conflictos en los demás, en lugar de asumir su parte.

4. Estilo Pasivo-Agresivo

Las personas pasivo-agresivas evitan la confrontación directa, pero expresan su descontento de maneras indirectas y a menudo manipulativas.

Estas son las características del estilo de comunicación pasivo-agresivo:

  • Las personas pasivo-agresivas evitan enfrentarse a los problemas o conflictos de manera directa. Prefieren mantener una fachada de conformidad mientras expresan su descontento de manera indirecta.
  • En lugar de expresar abiertamente su ira, frustración o descontento, las personas pasivo-agresivas lo hacen de manera sutil y encubierta. Esto puede incluir el sarcasmo, las insinuaciones y los comportamientos obstruccionistas.
  • Al no expresar sus verdaderos sentimientos y necesidades, las personas pueden acumular frustración y amargura, que luego se manifiestan de manera indirecta.
  • Utilizan la manipulación emocional para influir en los demás. Esto incluye comportamientos como hacerse la víctima, culpabilizar a otros y crear sentimientos de culpa.
  • Este comportamiento es a menudo ambiguo e inconsistente, lo que dificulta a los demás entender sus verdaderas intenciones y sentimientos. Esto puede llevar a malentendidos y confusión.

Es importante entender que los estilos de comunicación no son estáticos ni categóricos. Aunque una persona pueda tener una tendencia natural hacia un estilo particular, esto no significa que esté condenada a comunicarse de esa manera toda la vida. 

Además, la etapa vital en la que nos encontramos también afecta a los estilos de comunicación y nuestras relaciones sociales, por ejemplo, en la adolescencia las emociones cobran un papel fundamental, afectando a nuestra manera de comunicar. Hablábamos de esto precisamente en este artículo del blog, publicado hace tiempo.

La comunicación es una habilidad que se puede aprender, entrenar y mejorar con práctica y dedicación.

Comprender los diferentes estilos de comunicación y trabajar para adoptar un estilo asertivo puede transformar nuestras relaciones y nuestra calidad de vida. 

Recuerda, la comunicación es una herramienta poderosa que, bien utilizada, puede abrir puertas, resolver conflictos y construir relaciones sólidas y duraderas.
Si quieres trabajar tus habilidades de comunicación en terapia, escríbeme.