Día Internacional de la Lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria

Día Internacional de la Lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria

Cada 30 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), una fecha que busca concienciar sobre estas patologías que afectan a millones de personas en todo el mundo. Los TCA, que incluyen trastornos como la anorexia nerviosa, la bulimia y el trastorno por atracón, no solo involucran la relación con la comida, sino que tienen profundas raíces psicológicas, siendo uno de los aspectos clave la gestión emocional y la necesidad de control.

La gestión emocional y los TCA

A menudo, las personas que padecen un TCA no comienzan a preocuparse exclusivamente por su peso o imagen corporal. Uno de los mitos más comunes es pensar que el primer desencadenante es el miedo a engordar. Sin embargo, lo que suele estar en el centro de estos trastornos es la necesidad de controlar algún aspecto de la vida cuando el resto parece desmoronarse. De hecho, el «miedo a engordar» puede ser lo último en aparecer en este ciclo. 

mujer en el suelo, con la cabeza entre los brazos

Este año, el Día Internacional de la Lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), se celebra bajo el lema “recuerda quién eres”. El propósito es poner en relieve la importancia de ganar la lucha contra los TCA recordando que hay una vida sin él.

Los trastornos alimentarios surgen a menudo en personas que se sienten emocionalmente atrapadas, desbordadas o incapaces de gestionar situaciones estresantes o traumáticas. 

Este tipo de respuestas psicológicas están vinculadas a la idea de control. Cuando la vida parece caótica o incontrolable, el deseo de retomar el control se convierte en algo principal y para muchas personas, la conducta alimentaria se transforma en ese espacio donde poder recuperar ese dicho control. 

¿Por qué la comida puede convertirse en un ciclo de control?

Es natural preguntarse por qué una persona decide canalizar sus emociones a través de la comida o el control sobre su cuerpo. En nuestra sociedad, la imagen corporal y la alimentación están altamente cargadas de simbolismos. 

La comida no es solo un medio para la supervivencia, también tiene connotaciones sociales, emocionales y psicológicas. Comer es una actividad diaria que todos necesitamos para subsistir, lo que la convierte en un área «fácil» para establecer reglas o restricciones. 

En personas emocionalmente vulnerables, controlar la comida se convierte en una vía para mitigar el malestar emocional. En lugar de afrontar la fuente del estrés o las emociones dolorosas, el control alimentario puede transformarse en una estrategia de afrontamiento. Por ejemplo, una persona que sufre ansiedad o tristeza intensa puede encontrar en el control de su dieta una forma de evitar enfrentar el verdadero origen de sus emociones. En muchos casos, puede tratarse de una forma de evasión.

El posible origen de los TCA: la necesidad de control

La necesidad de controlar algo en la vida es uno de los motores principales para abordar los problemas de alimentación. 

Esto puede deberse a experiencias previas donde la persona ha sentido que perdió el control, como traumas infantiles, acoso escolar o eventos estresantes. La sensación de impotencia y el miedo a no poder manejar las circunstancias externas pueden hacer que la persona busque un área en la que pueda tener la última palabra, y el cuerpo y la comida son un blanco fácil.

La necesidad de control también puede estar relacionada con la gestión de la autoestima y la autoimagen. A veces, las personas con TCA han crecido en entornos donde se valoraba el logro y la perfección. Este tipo de experiencias pueden crear una creencia interna de que el valor personal está condicionado por la apariencia física o el rendimiento, lo que lleva a un ciclo de autoexigencia en el que la perfección se busca a través del control del cuerpo y la comida.

Es importante subrayar que el temor a un aumento de peso no es el origen de los TCA, sino más bien una consecuencia de un problema más profundo. Este miedo puede parecer la principal preocupación desde el exterior, ya que es lo más visible en la conducta de las personas afectadas. Sin embargo, el trasfondo emocional y psicológico es lo que realmente alimenta el trastorno.

Los TCA suelen ser una manifestación externa de un conflicto interno más profundo. Por eso, la verdadera recuperación no puede basarse únicamente en normalizar los patrones alimentarios, sino también en aprender a gestionar las emociones y encontrar formas saludables de afrontar la vida y los desafíos.

Factores genéticos que pueden condicionar los TCA 

En algunos casos, especialmente en la anorexia nerviosa, se ha identificado un componente genético que predispone a ciertos individuos a desarrollar estos trastornos. Esto no significa que si un familiar tiene un TCA, necesariamente otra persona de la familia lo padecerá, pero sí que puede haber una vulnerabilidad latente que, sumada a ciertos factores, pueda llevar al desarrollo del trastorno.

El pasado de una persona juega un papel fundamental en la forma en que se relaciona con la comida y su cuerpo. Traumas infantiles, relaciones familiares complicadas, abuso emocional o físico, y una historia de autoexigencia o baja autoestima pueden contribuir significativamente a la aparición de un TCA.

La recuperación de un TCA implica aprender a gestionar las emociones de manera saludable y sin recurrir al control de la alimentación. Esto requiere desarrollar una relación más saludable con uno mismo y con las propias emociones, lo que a menudo incluye terapia psicológica, apoyo emocional y la construcción de habilidades de afrontamiento.

El Día Internacional de la Lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria es una oportunidad para reflexionar sobre la complejidad de estos trastornos y recordar que su tratamiento no se limita a la alimentación. 

Es esencial comprender la profunda conexión entre la gestión emocional, la necesidad de control y los TCA. Para ayudar a quienes los padecen, es crucial ir más allá de lo visible y abordar las raíces emocionales y psicológicas de su sufrimiento. Solo así será posible su recuperación. 
Desde Bernús Psicología llevamos años apoyando a personas en su lucha contra los TCA. Si necesitas ayuda o alguien de tu entorno, no dudes en contactar.