Trastornos de la alimentación en adolescentes españoles: Señales de alerta
Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son una realidad preocupante entre adolescentes en España. Estas afecciones, que incluyen la anorexia, bulimia, y el trastorno por atracón, entre otras, afectan tanto a la salud física como mental de quienes las padecen, y suelen aparecer durante la adolescencia, un periodo de grandes cambios y vulnerabilidad emocional.
Aunque los TCA no son exclusivos de ninguna etapa de la vida, la adolescencia es un momento clave para la aparición de estas patologías. Las presiones sociales, las comparaciones en redes sociales, basadas en la necesidad de gustar y de ganar likes, los cambios hormonales y una imagen corporal fluctuante pueden desencadenar conductas perjudiciales que, a su vez, pueden terminar desarrollando un TCA. Pero, ¿cómo podemos, como padres, madres y educadores, detectar las señales tempranas y tomar acción antes de que se desarrollen en un trastorno grave?
En este artículo exploraremos las principales señales de alerta de los TCA en adolescentes y cómo podemos proporcionar el apoyo necesario para prevenir o tratar estos problemas a tiempo.
Cambios en la relación con la comida
Uno de los primeros indicadores de que un adolescente puede estar desarrollando un TCA es el cambio en su relación con la comida. Esto puede manifestarse de diferentes maneras, dependiendo del tipo de trastorno.
Algunos adolescentes comienzan a restringir su ingesta de alimentos, evitando comidas completas o eliminando grupos enteros de alimentos, como los carbohidratos o las grasas.
Por otro lado, otros pueden empezar a tener episodios de atracones, donde consumen grandes cantidades de comida en poco tiempo, seguido de sentimientos de culpa o vergüenza.
Es importante estar atentos a estos cambios. Si notas que tu hijo o hija empieza a rechazar comidas que solían gustarle, o si muestra una creciente preocupación por el control de las porciones o las calorías, es el momento de tener una conversación abierta y sincera sobre sus preocupaciones. A veces, estos comportamientos pueden parecer sutiles al principio, pero con el tiempo, pueden escalar hasta convertirse en conductas desordenadas graves.
Evitar situaciones sociales relacionadas con la comida
Un adolescente que está desarrollando un TCA puede comenzar a evitar situaciones en las que la comida es protagonista, como comidas familiares, cenas con amigos o salidas a restaurantes.
Este comportamiento puede estar motivado por la ansiedad que sienten al enfrentarse a la comida en presencia de otros o por el miedo al juicio que podrían recibir sobre sus elecciones alimenticias.
Si notas que tu hijo o hija se retira de estos eventos o se muestra incómodo en situaciones sociales que involucran comida, podría ser una señal de que está lidiando con una relación conflictiva con la alimentación. Es importante ofrecerles apoyo y no forzarlos a participar en estas situaciones, pero a la vez, abrir la puerta a una conversación que les permita expresar cómo se sienten.
Preocupación excesiva por la imagen corporal
Durante la adolescencia, es común que los jóvenes sean conscientes de su apariencia, pero cuando esta preocupación se convierte en una obsesión, puede ser una señal de alerta de un TCA.
Muchos adolescentes que desarrollan trastornos alimentarios se sienten atrapados en un ciclo de insatisfacción corporal, donde nunca se sienten “lo suficientemente bien” con su peso o forma. Esto ocurre con mayor incidencia en las adolescentes chicas que en los chicos.
Este tipo de pensamientos puede aumentar por la presión social y por la influencia de las redes sociales.
En redes sociales como Instagram, TikTok y YouTube, los adolescentes están constantemente expuestos a imágenes editadas de cuerpos que no son representativos de la realidad.
Aumento en la actividad física
El ejercicio es una parte saludable de la vida, pero el aumento repentino y descontrolado de la actividad física en un adolescente puede ser otra señal de advertencia de un TCA.
En algunos casos, los jóvenes pueden comenzar a hacer ejercicio en exceso como una forma de compensar lo que comen o como un intento de cambiar su apariencia física.
Si tu hijo o hija pasa horas en el gimnasio, corre durante largos periodos sin descansar o se ejercita de manera obsesiva, es importante tomar nota. El ejercicio compulsivo puede ser tan peligroso como la restricción alimentaria, ya que puede llevar al agotamiento físico, lesiones y un mayor deterioro de la salud mental.
Cambios de peso notables
Aunque los trastornos alimentarios no siempre se manifiestan en cambios de peso evidentes, en algunos casos, sí pueden hacerlo. La pérdida rápida de peso, especialmente si se combina con restricciones alimenticias o ejercicio excesivo, puede ser una señal clara de anorexia u otro TCA.
Por otro lado, algunos adolescentes pueden experimentar fluctuaciones de peso o un aumento en su peso debido a episodios de atracones.
Es importante recordar que los cambios de peso no siempre son un indicador definitivo de un trastorno alimentario, ya que algunas personas con estos problemas pueden mantener un peso aparentemente normal.
Cambios de humor y aislamiento
El estado emocional de un adolescente también puede verse profundamente afectado por un TCA. La depresión, la ansiedad y la irritabilidad son comunes entre los adolescentes que luchan con estos trastornos. También, es posible que comiencen a aislarse socialmente, alejándose de amigos y pasando más tiempo solos.
Este aislamiento puede deberse a la vergüenza o la culpa que sienten por sus comportamientos o simplemente porque están demasiado concentrados en sus pensamientos negativos sobre la comida y su cuerpo.
¿Qué hacer si detectas señales de TCA?
Si reconoces alguna de estas señales en tu hijo o hija, o en algún otro familiar o amigo, el primer paso es hablar con ellos sin juicios para poder ayudarles a sentirse seguros y que compartan lo que sienten. Haz preguntas abiertas como:
-¿Cómo te has estado sintiendo últimamente?
-He notado que has cambiado tu relación con la comida, ¿quieres hablar de ello?
Este tipo de preguntas pueden ayudar a establecer espacios de confianza para lograr que la persona se sienta cómoda. Es importante recordar que los TCA son enfermedades complejas que requieren tratamiento especializado. No dudes en buscar la ayuda de un profesional si crees que tu hijo o hija podría estar desarrollando uno de estos trastornos.