Cómo plantearte objetivos realistas y cumplirlos
Empieza un nuevo curso, un nuevo año, terminamos una etapa de nuestra vida para dar paso a la siguiente y tenemos la tentación de proponernos objetivos que, por cualesquiera sean las razones, no siempre nos es fácil cumplir.
En ocasiones, la procrastinación, es decir, el postergar lo que sabes que toca hacer para más adelante, la pereza o simplemente el agotamiento, nos hace dejar para mañana lo que podríamos hacer hoy. Si se trata de una acción que sirve a un objetivo que queremos lograr, estaremos posponiendo nuestro éxito en algún área de nuestra vida: la salud, la formación, el trabajo, las relaciones sociales, las finanzas personales, el ocio, etc.
Nos marcamos objetivos para ser mejores cada día, para prosperar, por ellocuando no logramos conseguirlo o nuestro compromiso se debilita, nos sentimos mal.
Hay una serie de pautas que pueden ayudarte a cumplir tus objetivos:
Define claramente lo que quieres
A veces el error está en los propios objetivos, que son demasiado vagos o inconcretos, que no están formulados correctamente. Debemos ser claros con nosotros mismos, pensar en qué queremos, por qué lo queremos y para cuándo. Hay personas a las que les ayuda tener su objetivo escrito en un papel o representado en imágenes en un tablón y mirarlo cada día. ¿Eres una de ellas?
Controla tus expectativas
Sé realista con los objetivos que te marcas. Tú conoces tus tiempos, la organización de tu vida y tus esquemas mentales. Si te marcas un objetivo desde una expectativa alta, podrás fracasar y el resultado podrá resultar desmotivante. Es decir, tus metas deben ser lo suficientemente realistas como para que puedas con ellas y lo suficientemente ambiciosas para que merezcan tus esfuerzos.
Márcate metas que sean acordes con tus posibilidades reales; metas que sepas que puedes cumplir sin problemas y que a la vez te lleven a un siguiente nivel en algún área de tu vida.
Trocea el objetivo en varios pasos
Los retos se consiguen cuando la ruta que te llevará a ellos está clara dentro de tu cabeza y los hitos de ese camino son pequeños logros que te llevarán a conseguir el gran objetivo. Por ejemplo, si te has propuesto cambiar de ciudad, un primer logro puede ser visitar la nueva ciudad donde deseas vivir. Un segundo paso podría ser apuntarte a alguna actividad que te vincule al que será tu nuevo lugar de residencia y te haga conocer personas allí. Un tercer paso puede ser buscar viviendas disponibles que cumplan tus requisitos, etc.
Entrena tu fuerza de voluntad y despierta tu motivación
Entendiendo bien por qué quieres lograr un objetivo, pensando en él desde tu propósito vital, te será mucho más fácil alcanzarlo. De esta manera tus actos naturalmente te llevarán a la consecuencia de conseguirlo.
Tú te conoces mejor que nadie, utiliza técnicas que sabes que te funcionan. Por ejemplo, si tu objetivo es hacer 30 minutos de deporte diarios y sabes que la música te anima, aprovéchala para subir el volumen a tu motivación.
Encadena hábitos
Unir un hábito a otro que ya tienes incorporado te ayudará a recordarlo y reforzará tu compromiso. Por ejemplo, si dentro de tu objetivo de mejora de la salud, quieres añadir un pequeño paseo cada día puedes hacerlo inmediatamente después de la comida, de esta forma, te acordarás seguro y un hábito te arrastrará al siguiente. O si quieres dedicar unos minutos a cuidar la piel de tu rostro con una rutina facial, hacerlo justo antes de dormir cada noche, puede ayudarte a recordarlo y a no fallar en tu compromiso.
De vez en cuando, haz balance de vez y recompénsate
A menudo nos fijamos solo en lo que todavía no hemos conseguido, en vez de hacer recuento de todo lo que hemos logrado en nuestra vida. De vez en cuando, en el camino hacia tu objetivo, haz una parada y reflexiona sobre tus avances. Si por algún motivo no has avanzado tanto como te gustaría, analiza las circunstancias y sin culparte ni fustigarte, practica la autocompasión y tira hacia adelante con el siguiente paso para alcanzar tu objetivo.
Por el contrario, cuando consigas llegar a un hito en el camino, recompénsate, prémiate de alguna manera, por ejemplo, haciendo una actividad que disfrutes. De esta forma, estarás reforzando tu motivación. En psicología llamamos refuerzo positivo a este tipo de estímulos que nos refuerzan la idea de haber hecho algo bien.
Además de los trucos mencionados, para conseguir objetivos a veces ayuda compartirlos con los demás. El hecho de contarle a tu entorno que vas a hacer algo te compromete automáticamente a conseguirlo, refuerza tu intención, puesto que ya no sólo eres tú la única persona que sabe que te lo has propuesto.
Cualquiera de estas ideas puede venirte bien a la hora de conseguir tus objetivos. Estamos terminando el año, pero aún quedan unos meses preciados en los que puedes retomar tus propósitos del 2021 y hacerlos realidad o, al menos, avanzar hacia ellos. ¿Te animas?
Y tú, ¿cuál de estos trucos utilizas más a la hora de conseguir tus objetivos?